Esta lluvia
me invita a estar contigo,
con tu calor,
tu desnudez,
tu abrigo.
La noche no tiene piedad
avanza sobre el pavimento,
sobre los árboles dormidos,
pintando de nostalgia
cada hora,
cada instante infinito.
¿Porqué no vienes sobre el viento
y te quedas conmigo?
Del libro "De mujeres y las ciudades"