En el minuto en que tu alma
pide más que un consuelo
busco darte ese confort
donde las horas pasen
y tu ya estés sonriendo
sin pensar en que día es
en que hora es, amor mío.
Y que tu cuerpo vive muy cerca
pero no lo suficiente,
de mi alma de mi ser, de mi piel.
Y que tu vida debe ser mía,
que ya lo es, que no puedo gritarlo.
Que mi silencio quiere romper
como las olas en el mar,
dejar de susurrar.
¿Y si soy yo quién necesitas?
Que ya me lo he creído todo,
desde aquel caluroso jueves,
amor, me lo he creído todo.