Entonces, suéñame.
Esos sueños, tal vez los tengas dormida.
¿Deseas soñarme despierta?
Entonces, hazlo.
Te sueño dormido, te sueño despierto.
¿Sabes qué? Házmelo saber.
De alguna forma. Usa tu imaginación
de extraordinaria poetisa.
Sabes que tu belleza no me interesa.
Me interesa la belleza de tu alma.
Y tú la tienes. Y sabes que enamorado
estoy de tu alma. De esa unión que hemos formado.
Tú y yo. ¿me esperas? allí he de estar.
Siempre te espero, y cuando no vienes,
me voy a dormir con tristeza.
Y antes de conciliar sueño,
tu imagen está en mí, la única que poseo.
Siempre la observo. Siempre la apoyo sobre mi alma.
Tu alma y mi alma juntas.
Así logramos unirnos,
con nuestros pensamientos...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto -24/04/2013)