Bernardo Arzate Benítez

¡El fuego oculto!

 

 

 

De las cenizas el fuego se levanta

para volver a formar la llamarada;

¡Me asombra mirar como se aguanta,

sin existiguirse la llama, allí ocultada!

 

Lo mismo sucede al corazón que quiso tanto,

y que fingue su amor haber quitado;

pensar que es suficiente tanto llanto,

y decidir así, que ha olvidado.

 

Más, como de las cenizas que aún humean,

de nuevo el fuego alcanza altura,

sin apagarse por fuerte que sea el riego,

 

 

del mismo modo¿Qué sucederá cuándo se vean,

los que un tiempo se amaron con locura?

Por que donde hay cenizas tibias,puede brotar el  fuego.

 

Bernardo Arzate