Te pienso 400 días al año,
9 días a la semana, 36 horas al día.
Te quiero,
a la misma hora de ayer,
te quiero cuando el sol se refleja en la luna.
Te quiero
cuando no debo quererte,
cuando no quiero quererte.
Y me tomas,
como cuando tomas el agua,
en la simpleza de mi esencia
quito tu sed.
Te bebo,
pero eres sangre.
T e quiero
sin que me quieras,
sin medida, sin razón.
Te desnudo
cada noche, cada mañana
en el sueño erótico.
Te desnudo en la ducha,
en el alma.
Pero te quiero 400 días al año,
9 días a la semana, 36 horas al día
y aún así no me alcanza.