La hora violeta
es mi preferida,
es dulce...
Tiene brisa al
borde del océano.
Parece detener
el tiempo.
Congelar el
preciso instante
que te amé
con locura...
Locura infinita
que en el globo
del horizonte
esconde un sol
naranja brillante
que poco a poco
se hunde para
dar paso al lucero.
A ella me dirijo para
pedirle mis tres deseos.
-Quédate.
-Déjame que te ame-
-Que seamos uno
sin dejar de
ser dos.
Así somos,
tú para mi
una estrella
fugaz que te
fundes en mi pecho...
Cada vez que te llamo
Ay, ay amor mío
déjame que
te cubra de besos...