Me invitaron a un refresco
por nuestra Señora, en Agosto
y porque no me tomaran por fresco
ni pedí agua, ni bollos, ni mosto
me presentaron a un tal Roberto
que no le gustaban los moros
y tenia escarbado un huerto
con las pezuñas de un toro
hablaba lo justo y correcto
porque no me vieran sin dientes
y tener que explicar que fue el recto
la cusa del mal evidente
si preguntaban, yo contestaba
si me encendían, yo ni tu tía
y si me apagaban, yo a la pava
que de lo que se come se cría
no me invitaron por carta
ni por ópticas corrientes
fue como en la antigua esparta
como no vengas, te arrepientes
y para que no me diera la lata
el espartano al día siguiente
me puse las chanclas, la boina y la bata
y fui con mis mejores pendientes