Amiga:
Se que la vida no es como la hubieras querido,
las puertas del amor se han cerrado para ti.
He visto tu dolor, alimentarse y crecer como la hiedra,
he visto lágrimas de hiel, manchar tu alma de mujer.
Amiga:
¡Cómo quisiera saber el remedio para tus penas!
y regalártelo, así en vez de esa gran tristeza en tu rostro,
dibujarías sonrisas.
Amiga:
El amor es difícil de entender,
no sabemos cuando llegará o si algún día llegue,
y si llega, no sabemos cuánto tiempo nos brindará su calor.
Amiga:
Desde el fondo de mi alma,
deseo que la felicidad toque a tu puerta,
que el amor ilumine tu existencia,
que la serenidad llene tu vivir,
que la sabiduría te conduzca,
y que Dios te recompense por tanto sufrir.
Amiga mía, si lloras, lloro contigo,
si sufres, sufro también,
si te enfadas, te ayudo a contener tu ira,
y si gritas de dolor, seremos una misma voz.