Un hambre que no sacia el alimento,
una sed que no calma el agua dulce,
es el hambre y la sed que produce,
en el alma un quejido lastimero:
Es el hambre y la sed que está en el pecho,
por cada caso que ha quedado impune,
el hambre y la sed que al alma consume,
es la injusticia alrededor nuestro:
A hacer justicia por su propia mano,
el hambre y la sed les obligó a muchos,
esperaron tanto, que se cansaron;
El derecho a la justicia es difuso,
de la injusticia todo está muy claro,
indolencia, prepotencia y abuso.