Hay un policía
que se encuentra preso
y mi pobre tía
se lamenta de eso.
José Luís el Bombero
tuvo una desgracia
un enorme fuego
le quemó su casa.
El Doctor Ramón
¡Ay que desespero!
tiene un gran dolor
y se la pasa enfermo.
Herreros de casta
verlos no es raro,
luciendo en su casa
cuchillos de palo.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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