A MACHADO
¡Murió aquel día en una desvergüenza!
Enterrado el amor sobrevenido
el sentimiento reo, indefinido
y que la fiel idea espera venza.
Su espada inhiesta de acerada trenza
que exhibe el fundamento más sentido,
su plañir el sustrato no vencido
y que insigne palabra así convenza
Querido de la españa popular
la que no le helaría sus entrañas,
la que le sigue amando, es su juglar.
Le rinde pleitesía sin patrañas,
versos, que al Ebro le dan su ulular
ofreciéndolos a las dos españas.