entre la presencia y la ausencia del pensamiento
estamos tu y yo
convertidos en un idioma poco legible
convertidos en simbologias,
atrapados por las paredes y
envenenados por los jugos gástricos
nos damos cuenta que la fatalidad
de nuestro destino esta en habitar
en el umbral del laberinto
donde el andar es escabroso
cuando antes de ser mariposa se
es apena oruga y donde
las alas se despliegan
con el veneno breve y efímero
y solo nos queda por recordar
que durante tres días de vuelo
tanto ella como el
se funden con su misma eternidad
entendiendo que no hay un
instante en el día y la noche en que
ellos sean uno mismo