Tengo hambre... mi cuerpo quiere probar algo diferente, algo suculento... caliente... delicado... exquisito...
Así fue como ésta deliciosa historia comenzó.
Ahí estaba aquella mujer, lista para prepararme el mejor manjar que pudiese haber probado en toda mi vida.
Presentación, ¡Por supuesto!... y no del platillo si no de la "Cocinera":
Cabellera larga, negra, delicadamente ondulada, su mirada era el reflejo de la concentración, delicadas y finas manos, su cuerpo cubierto por un delantal negro con encaje, ¡SORPRESA!, el delantal y su hermosa panti era lo único que cubría su elegante cuerpo, zapatillas de tacón alto que remarcaban lo torneado de sus piernas hasta llegar a sus glúteos, los cuales se sostenían firmes y redondos, el color de las zapatillas… negro por supuesto.
¡Los ingredientes por favor!, No paro de salivar, el sólo imaginar que pueda prepararme ha soltado una bestia hambrienta en mi interior…
Me tomó de la mano y con la mirada, ordenó que la siguiera, ¿Cómo no hacerlo?, si el hecho de ver tan hermoso péndulo delante de mí, yendo de un lado a otro ya me había hipnotizado.
La seguí, llegamos a la habitación, los ingredientes estaban en todas partes: Sensualidad, Deseo, Lujuria, Pasión, Instinto, Ella… y Yo…