El verdadero amor es y será siempre un reto, para alcanzarlo, para conservarlo, para hacerlo eterno. Cuando alguien en verdad lo alcanza, obtiene un gran logro en su vida, porque serán pocas las heridas que no encuentren equilibrio en la balanza. Mayor logro aun si lo conserva, superando hasta los momentos más amargos, aceptando la realidad del ser amado sin esperar una perfección que no nos queda. Eterno será el amor al trascender la vida dejando huellas hermosas e inolvidables, cual testimonio viviente y perdurable que motiven la razón de perseguirlas. Y en el afán de alcanzarlas el amor se extenderá y vivirá para siempre, se multiplicará en el corazón de tanta gente que nunca faltará una historia para contarla.