Armando Sosa Bocanegra

La Llamada

Llamándote otra vez agobiado,
sintiendo que ya estoy preparado
para escuchar como siempre
tu contestadora,
que llevo muy arraigada en la memoria;
 
-“Hola, en este momento no te puedo contestar,
deja tu mensaje después que el tono
llegue a sonar,
me comunicaré contigo lo antes posible
si me dejas un mensaje irresistible”
 
Nunca contestabas,
huérfano quedé de ti,
siendo incapaz de dicha alguna alcanzar
y entrando por tu recuerdo a un profundo trance
de apología y melancolía.
 
Siendo solo un sortilegio pasaste por mi vida,
poco a poco viéndola destruida.
 
Esa novia con la que soñé en un día formar el paraíso,
blanca como la nieve
pero que me hacía daño.
 
No quiero que sea real,
pues al teléfono colgar
mis ojos dos lágrimas tienen que derramar.
Recordando aquella historia muerta
que hubo junto a ti,
 
aquella historia cubierta
de un hombre que me robó tu cariño,
de un ser que de rosa tiñó tu camino
y tu corazón lo ganó sin condición.
 
Que te dibujó una ruta de estrellas
y tú caminaste sobre ellas.
 
Que respiraba con el aire que vive en tu boca
dándote una pasión loca,
que te besaba desde tu cintura subiendo hasta tu mano
y morían tus ojos mientras pasaba ese ser tan extraño.
 
Lo admito, he perdido,
y ahora te dejo este último mensaje, arraigado con un suspiro.
 
Lleno de miedo caminaré por la vida,
sabiendo que fuiste mi gran cariño.
Pues lo admito perdí, y me quedé lleno de coraje,
pero te llevaré gravada como el más bello tatuaje.
Ahora olvida que fuiste mía
y vive junto a él la más majestuosa alegría.