Soy auténtica como el sol del universo
e hija de él, su insigne heredera y su verso.
Soy la felicidad en medio de tu tristeza,
sonrisa fresca que a su paso te besa…
ola y espuma que se alza y te abraza.
Soy gota de lluvia y aguacero a la vez
y como un río, arrebatado y crecido…
voy bordando con hilos de cristal tu destino.
Soy el amor que atrapó tu corazón,
la poeta que te escribe y te respeta,
la mujer que te ama y a quien tú amas.
Soy… sólo sé que soy… y así soy.
Soy sal o azúcar, sólo como a ti te gusta…
soy como ese manjar, el preferido
que se consume despierto y hasta dormido,
tu bebida predilecta y tu postre favorito
y el divino comer cuando hay apetito.
Soy el suspiro madrugador que llega a esa hora…
¡Bendita hora cuando abres tus ojos!
y te reconoces vivo y en mí tu gran acreedora,
pues soy tu mujer y al decirlo así, me sonrojo.
Soy el baño de agua fría que tu cuerpo ansía
y ése, que de sus tibias caricias tanto te vicias.
Soy… sólo sé que soy… y así soy.
Soy, de pasión como ese torbellino
que se ha de cruzar en tu camino,
que te despeina y te desnuda de toda lujuria,
dejando tu alma totalmente muda.
Soy como las estaciones del tiempo
cambiante en su momento.
Soy como la luna en las noches oscuras,
estrella fugaz en tus noches de locura,
ese volcán abrasador…
y tu delirio en ésas tus noches de sudor.
Y, así soy… dime ahora, ¿te embarcas conmigo hoy?
Lis
26/04/2013