No soy yo lo mejor que tú has conocido
y no creas que ese título me he concedido,
sé bien que no lo soy y que no lo merezco.
Llevo mi verdad siempre a donde voy
y estoy consciente de lo que en verdad soy
y de lo que a muchas personas les parezco.
No soy el mejor ejemplo de constancia
y tampoco soy quien hace corta la distancia
entre tus virtudes y todos mis defectos.
A nivel de perfección algo irreal sería
como un hombre perfecto en tu mente estaría
y sabes que no existen los hombres perfectos.
No he sido el mejor para ti y eso lo admito,
de disfraces para parecer otro no necesito
porque la autenticidad siempre es lo que vale.
Ese verso que te dedico no será algo genial,
tampoco pretendo que sea del espacio, sideral,
pero es lo que del fondo de mi alma me sale.
No he sido ni soy quien te llena de riquezas,
pero sí trato de alejar de tu vida las tristezas
tratando al menos de sacarte una sonrisa diaria.
No hay en lo que he dicho una palabra que sobre,
si le das y le produces una sonrisa, hasta el pobre
puede llegar a ser una persona millonaria.
Sé que no te regalo todavía el mejor amanecer
y entiendo que no ha existido un anochecer
que hayas recibido envuelta en mis brazos.
No has visto a la luna que por sorpresa nos toma,
aunque poéticamente te hablo del sol que se asoma,
aún no logro acercar a ti la belleza de sus ocasos.
No soy ni he sido, pero espero llegar un día a ser
ese mañana que te haga olvidar un triste ayer
y causa única de tu sentir, de tu magia interna.
Aquél que de un infierno te lleve a la gloria,
el mismo que no le pondrá punto final a tu historia
porque será junto a mí, una historia de amor eterna.