Y se fueron encendiendo
y se apagó mi vida…
Yo me estaba muriendo
de melancolía.
Son tan solo dos estrellas,
la de tu vida y la mía,
tan distantes entre ellas
pero siempre unidas,
navegando por los cielos,
con el soplo de la brisa,
con la luz de un sueño,
entre nubes mullidas.
Y se fueron encendiendo
en el camino farolas,
calles de sentimientos,
de perfume y rosas,
Y nos dimos un beso
esperando el día,
en el balcón del silencio
cuando te hice mía.
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