Mi precioso amor,
aquel que guardo en mi alma,
que me hace sonreir tanto,
que me enseña a volar tan alto.
Mi precioso amor,
queda labrado muy dentro,
no supe cuando ni como
me sucedió esto,
tan solo sé cuanto me enamoró.
Fue suavidad y encanto,
fueron sus manos...
sus benditas manos...
esas manos que me hacen vibrar
como si fuera una flor
a medio abrir
y en nuestro momento de amor
se abre por completo a él.
Mi precioso amor,
no sé cuando termine...
no quiero ver llegar ese momento,
me duermo y despierto
pensando siempre que aún lo tengo.
YOLANDA BARRY.