Es en la oscuridad de la noche
cuando mi alma
se entrelaza con tu recuerdo
y, caen una a una
las lagrimas de mis ojos;
como flores deshojadas por el viento,
la soledad de la noche
esparce su mágico embrujo
y, viene a mi mente
el encuentro aquel;
cuando sólo,
viajabas sin rumbo
en las nubes de mi esperanza;
apareciendo un día
sobre un manto de flores de mil colores,
bañadas con polvo de estrellas
y, destellos de luna;
llevando tu nombre
bordado en hilos de oro y plata.
- Clavaste tu mirada sobre la mía -
tallando tu presencia bendita
hasta el horizonte infinito
de mis entrañas vacías,
llenando de luz
mi sepulcro vivo
y, dejando tu alma
unirse junto a la mía.