Confines de flores, contienda de amores.
Recuerdos sabuesos con besos ya presos.
Los cuerpos complejos de frutos y versos.
Las almas encuentran las luces candentes
que hacen suficiente la sangre sin mecha
en cuerpos despiertos, ya yertos, dormidos
en melancolía que abriga las carnes,
que abraza las flores de rojos colores,
con vándalo hendido en olores de poses
que rítmicos vibran cuando hay derecho
a beber cantarinas cascadas de pechos
en descensos fulgores de arritmias y sabores
por yertos amores o quizá despiertos
al salir la luna en penumbras y sombras
que arrecian en juicios de vivos fulgores
tomando colores de carnes y venas henchidas
por melancolía de besos, de flores,
de verter olores en mares y sudores
de infinitos fulgores por contienda de amores.
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