Tus ojos me han llamado muchas veces y me he acercado de puntillas para no destruir ese momento hermoso. Atreves con ademanes o expresiones corporales, anulas con actos y palabras.
Cuanto tiempo ha pasado y cuantos tropiezos desde el día que te bese... con la mirada, y me respondiste. Cuan vano es el querer sin dar un primer paso, una primera palabra o un gesto sin necesidad de tocar fondo.
Llegar a la ruina ha sido necesario para comprender cuanto nos queremos, al final, estamos solos, en un desierto y el sol que antes nos hacia felices, ahora nos quema. No me veas, no es necesario, yo me pondré frente al sol para que no dañe tu piel, no pienses, de nada sirve ahora.
Observa la sequilla, lo macabro y lo desdichado en el entorno, dan direcciones hasta con avenidas, aun tenemos tonos verdes en nuestro interior, plantemos un jardín con muchas flores, pero sin llorar. Al final seguimos acá parados uno frete al otro, viendo hasta donde hemos llegado.
Oscar Orellana