Mira como te recuerdo
en tu iris verde claro,
con tu nariz respingada,
y en las notas de tu canto
En tu caminar seguro
en los trazos dibujados
por esa calleja obscura,
donde rebotan las notas,
de las plegarias al santo.
Entre tus labios semi juntos
junto al lago descansando.
En tus manos hecha de agua
en el estanque mojado,
en el viento entretenido
con tu cabellera jugando
y en esa cara rosada
por el beso ahí guardado.
Como en tu pecho desnudo
por latidos acompañado,
en esa inmensa mañana,
de recuerdos aún rodando.