Hoy vestiré de luto
tan solo por un instante;
daré de silencio, un minuto,
a mi vida de estudiante.
Han muerto horas angustiosas,
han fallecido esperas interminables,
en aulas que fueron gloriosas
y a veces, hasta honorables.
Han fallecido las pláticas de amigos,
de compañeros de clases,
que por causas del destino
compartimos los percances.
Han muerto múltiples presiones
de alguna eventual evaluación;
se enterraron académicas situaciones
en el cementerio de la graduación.
Hoy vestiré de luto
con toda serenidad
y diré en silencio absoluto
¡Adiós universidad!
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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