Ya no hay poesía en la vida, es imposible, con la mente llena de interrogaciones, sobre la tristeza de este mundo, deshaciéndose a nacos con crisis, sin futuro, sintiéndonos engañados, pues no entendemos lo que pasa, no podemos desconectar de la realidad falsa en que estamos metidos sin quererlo.
No están mui lejos los tiempos en que éramos más que marionetas pagadoras de impuestos. Nos acostábamos, pensando en el día de mañana en nuestros amores, en la belleza de un poner de sol, con alguien a quien queríamos. Nos emocionábamos con una balada de amor, una película de amor. Hoy nada hace sentido en medio de este temor que aplasta el mañana.
En poco tiempo nos quitaran las ganas de vivir con un poco de fantasía y sueños.
Realidad cruda, sentimos que ya no viviremos para volver a tener paz, esperanza, confianza y futuro.
Ahora entiendo la rebeldía de la juventud, ellos sienten que no tendrán como nosotros, algo más allá del día a día.
En tiempo de guerra se puede amar, flores pueden nascer en medio de ruinas, pues volverán nuevos edificios, jardines, pan para todos y nuestra identidad. Eso en este momento es imposible, no se ve, no sentimos las bombas, todo es silencioso, traicionero, falso, pero que nos ha atrapado, eso es verdad. Quería poder marchar a un sitio sin televisión, sin radio, ni periódicos, solo convivir con la naturaleza, oír el murmurio de las fuentes, el cantar de los pájaros, mirar el baile de sombra y luz de los arboles bañadas por el sol, en bosques llenos de vida.
Otro mundo, quizá dentro de este, solo de poetas, que hacen de la vida su poema. Dejar mi alma desnuda, vaguear, por paraísos de sueños y de paz. Quería mi alma de vuelta, mi corazón puro sin miedos, quería ser lo que soy, pero lo tengo que esconder en esta basura en que han metido el ser humano.
Pienso sin descanso como y el que tengo que hacer, para no ser jugada por este pantanal de arenas movedizas, de frialdad y moribunda de sentimientos.
Avalancha de complicaciones, nos esperan, seguro. Aun hace poco tiempo pensaba que todo se arreglaría y la crisis, pasaría. Hoy no lo tengo como cierto, mientras hombres de verdad no hagan lo que tienen que hacer. Des globalizar, cada uno tener su identidad, su País, su bandera su independencia, como antes.
Quería ser poeta, trovador tocando la harpa, en mis versos, dejar un poco de mi alma, en cada nota que mis dedos al pasar con suavidad por sus cuerdas hicieran eco para allá de las montañas del sufrimiento.
Poeta sin pluma ni papel, trovador sin voz, harpa sin cuerdas, nómada en mi tierra, con el corazón triste por tener que callar mis sentimientos.
Oporto 30 de Abril de 2013
Carminha Nieves