Escribo sobre algo que desconozco
sobre la sensación, la emoción y el pensamiento,
sobre la idea, la ilusión y el deseo.
Escribo inconsciente.
La luz está encendida
ni aún así me atrevo a cerrar los ojos.
Escucho ruidos a mi alrededor,
tengo miedo de dormir.
Oigo el reloj, el segundero avanza en el salón,
los pasos en el piso de arriba,
el trazo del bolígrafo sobre el papel.
Oigo mi respiración. Ha empezado a llover.
Escribo conmovida por este día
preguntándome qué debo hacer.
Escribo sobre este estado de apatía
contradictoriamente lleno de dolor.
Si apago la lamparita no podré ver las letras
pero seguiré sintiendo la poesía.