Miro a los ojos de aquellos que me hablan,
simplemente veo…
¿Qué veo? Nada.
Todo está hueco, vacio, no hablan
¡Qué raro!
Antes, mirar a los ojos.
Mirar de frente era encontrar
la luz del alma de aquellos que dialogaban.
¿Qué ha pasado? Solo veo oscuridad,
oquedad, tristeza, dolor, hipocresía.
¿Dónde está el calor de la amistad?
¿Dónde está la ilusión si no hay un más allá?
¿Dónde está la grandeza del ser?
Nada está, porque hoy no tenemos corazón.
Por eso no quiero mirar nunca a los ojos.
Están vacios, no veo ni aún el dolor.
Porque aquel que no tiene alma.
Aquel que no le duele el corazón.
No es persona, no tiene perdón.
Hipocresía es todo lo que existe
a su alrededor.
Higorca