nelida anderson parini

JUSTO A TIEMPO.

Sabía no bastaba con soñarte

confiando en que algún día llegarías

y urdiendo en mi interior mil fantasías

cifraba la esperanza en encontrarte.

 

Tan dentro de mi esencia  te alojabas

que tu dulce existencia presentía

y aunque con la impaciencia debatía

con cada hora de ausencia te acercabas.

 

Y así soñando fui por mis caminos

hurgando en mis instintos tú presencia,

tomada de esa fe con insistencia

 procuraba reunir nuestros destinos.

 

El ansia repujó mi desatino

acallando la voz de la consciencia

y en acceso febril cual turbulencia

trunqué por senda  rosa un cruel espino.

 

Fue un tiempo de pasión enceguecida

el destello fugaz de una ilusión,

entusiasta de hipnótica obsesión

culminada en desidia compartida.

 

Hubo es cierto fracasos y asperezas

que al camino tiñeron de dolor

y enlutando a la sangre su color

en nacientes brotaron  las tristezas.

 

Hubo noches de angustia y de desvelo

cuando el llanto manaba incontenible

y humeante de pena indescriptible

abrazó al corazón con desconsuelo.

 

La vida con sus altos y sus bajos

serena fue labrando su proeza

y al hilvanar los años con destreza

no quiso a nuestro encuentro dar atajos.

 

Y seguimos andando el tiempo justo

hasta que nuestros tiempos se encontraron

pretérito perfecto en que soñaron

con un amor renuente en lapso adusto.