Reflejo de tus ojos en la luna,
reflejo de tu risa en el viento,
reflejo de tus manos en abrazos;
tu ausencia aquí fue predecible.
Como deseaba olvidarme de ti,
pero al ver tus ojos color marrón
anhelaba el aroma de tu piel,
a ti te pido que termines por irte.
Así el destino nos puso de frente,
pero esta vez para despedirnos
cruzar pocas palabras y terminar.
Sentada con el silencio te pienso,
con mis palabras mudas te buscare,
esa paradoja será mi compañía.