Cada día me bebo la distancia
entre risas y alegría,
burlándome de la soledad,
que impetuosa como tempestad,
desea acunarse en mi almohada
para despojarme de los sueños…
sueños que vivo para hacerlos realidad
y le hago frente y la destierro
¡Vete... vete soledad!
Que mi almohada está ocupada
por mis sueños y mi vida,
pues sueño para vivirla…
y es real cuando despierto.
¡Vete… vete soledad!