Ilusiones son los sueños del hombre
que se dedica a trabajar confiando,
en que algún mañana su situación mejore,
la ingrata casta directiva de su empresa,
que se niega por sistema,
a valorar su rendimiento
y sólo ve las fallas y mal comportamiento
de la humana máquina que contrataron.
Es un iluso si piensa
que con rendir a conciencia en el trabajo
y pasarse de lo estipulado en su contrato,
va a obtener un mérito valedero
que su infeliz salario pueda mejorar.
No cree que lo que importa no es su suerte,
sino la mayor rata de la producción;
pero, como la necesidad lo obliga,
se esfuerza y rinde, alentando
vanas esperanzas y lo único que logra
es hacer más ricos a los ricos y
cada vez, más pobres a los pobres;
porque si el pobre surge y se mejora,
devalúa y aminora al poderoso.
Quisiera en versos demostrar la frustración
que su ser revienta, mas, ni a eso atina,
pues su pluma es burda y desvalida
y no alcanza a hilvanar un verso
para elevar su laboral protesta.
Viendo esto, los opresores más lo aprovechan,
de rodillas los sirve y se contentan
con arrojar migajas para que se sostenga
y para no dejar que su servís levante,
en su nuca, dejan descansar con gusto,
el pesado talón que los sostiene.
Es triste contemplar tamaña infamia,
pero ninguno se atreve a comentar siquiera,
pues es igual su propio sino.