Quebrada en dos
en mis manos agitadas.
Bifurcada con mi lengua
por tu frente y por tu espalda.
Ahogando tu sabor de desdichada.
Extendida, fruto fresco en mis sabanas.
Así te imaginé,
sobre mi cintura enraizada.
Siendo mástil que balanza
buque suelto entre boreales aguas.
Como bejuco en verano
que decae en fuerzas y ganas.
Sobre mi cirio vivo y yerto,
siendo flama que resalta.
Así te imaginé silvestre,
yegua de brío domada.
Posada en tus cuatro patas,
por tu jinete enlazada.
Sumisa a la caricia
que sobre ti tu varón resbala.
Galopando libre en mis campos,
estimulando más mis ansias.
Así te veo hoy mujer
Compañera, amante y esposa
Única en el quieto tiempo del espacio
creado solo para nosotros.
Recobrando los años perdidos,
esforzando mis caderas.
Desliendo tu tersura
bajo y sobre mis ardientes brasas.
Arrastrándome por confines,
confundido en tus entrañas
Fundida tú en mí,
perdiéndome en tus bocanadas.