El amor, cierra distancias,
desconocidos espacios,
escondidos en el alma,
se abren como los capullos.
Llega miedo a descubrirse,
se deshacen las máscaras,
que cubren las luces del ser,
fijación prohibida, el darse.
El barro se desquebraja,
el molde que se ha guardado,
da paso a la flor interna,
se desvanecen fronteras.
Es el viaje más hermoso,
para compartir contigo,
los momentos tan fugaces,
del reloj de nuestro tiempo.
Se detienen y dan paso,
cada instante a lo intemporal,
la noche pasa sin sentir,
convertidos, en tibia ola.
Donde no existe lo extraño,
porque todo está en nosotros,
la visión de la eternidad,
asusta mucho a lo humano.
Porque hay un desprendimiento,
entonces, nos conocemos,
desnudos, sin el vestido,
que se usa continuamente.
Cuando te miro en la calle,
el ropaje, es primer nivel,
la imaginación me dice,
lo que ocultas a mi vista.
En los momentos del amor,
una a una con las manos,
se van quitando las capas,
y con ojos que descubren.
Con gradualidad, si hay entrega,
y entonces, llega un aliento,
desvanece la memoria,
los sentidos tan despiertos.
Pliegan en profundo sueño,
el jardín florido, entonces,
lo profundo de su esencia,
se derrama como luces,
y amanece el sol de noche.
Paradójico es, el amor,
quien la vive, una experiencia,
en el acontecer diario,
cuando se abre la conciencia.
Caminamos de la mano,
sin los ojos, nos miramos,
nos sentimos, sin tocarnos,
nos hablamos, en silencio,
es amor, que nos inunda.
EL POETA DEL AMOR. 2013.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.