Hermoso es despertar
sintiendo tus caricias,
entre la tenue luz
de la callada alborada
y para no romper ese silencio,
cuelgo los suspieros
que se escapan de mis labios,
en la sombra de la aurora que se aparta.
Y al calor de tus besos
le busco el rostro a una sonrisa,
en el inmenso paisaje de mi alma.