Regreso a casa en tren,
el corazón un poco triste
con unas gotitas de sangre,
una pequeña herida abierta
que creía ya del todo cerrada.
Es difícil unir tantos pedazos,
alguno no quiere acomodarse,
se mueve cuando una mirada
se encuentra con aquella
que no se debía devolver.
Quiero cerrar los ojos
a los avatares del mundo
y dormir profundamente,
un largo, largo tiempo,
hasta que el desamor
sea sólo una bruma tenue
entre el recuerdo y el olvido.
FÉLIX MORENO