Este paisaje peregrino de la tarde
no atina comprender que mano antigua
lo colgó en el armario de las horas, este paisaje
con hondonadas de ansiedad,
que sostiene en el periplo de sus nubes
la lluvia de Agosto, la frigidez de inviernos,
se ha cansado de morir como se muere
la inocencia en el transcurso de una lagrima.
Este paisaje peregrino de la tarde,
en sus ojeras de Diciembre lleva escrita
la vendimia que a sus bosques practicaron
taladores de crepúsculos, ladrones de futuro,
supresores del momento
donde la alondra cortejaba al amor.
Este paisaje ya no es
sustituto de promesas donde la lluvia
enjugaba en transparencia
orfandades de invierno, crepúsculos sin sol,
ya no es aquel donde las ramas del guamúchil
se mezclaba con el aroma del nardo
y hacían del canto del cenzontle
la pista donde se posa la sonrisa de Dios.
Ya no es
mas gorjeos de primavera, mas atardeceres añil,
tan solo es otro pasajero
a quien el tiempo cobrará su peaje.
Autor……reh