Llora el canario
en dulce canto
añorando su libertad
a la cual jamás renuncia
Llora por el calor
de la primorosa ala
que a la distancia
cobijo ofrece
Pero no renuncia
ni a su plumaje
ni a su color
ni a su libertad
Quien te confiere derecho
de renunciar
a lo que no te pertenece
para entregar dignidad
a cambio de pasión
a la que mal llamas amor