La vida es, en su fluir continuo,
como ser una obra de teatro,
cada quien, pasando a la escena,
va desempeñando su papel.
Cada acto, me presento en actor,
el guión, resultado de existir,
se desenvuelve cual madeja,
con su hilo, coso mi costura,
de mi traje, para esta vida.
Cada acción, yace enredada en el huso,
con mi diario, lo desenredo,
así que no es la suerte o el azar,
cada suceso cotidiano.
Tu llamada, ayer por la mañana,
cuando la angustia me envolvía,
tu voz, palabra con lágrimas,
con el lenguaje del corazón,
cambian el estado de ánimo.
¿Y si ya te contara el milagro,
que antecede para encontrarla?
Hace décadas, en la tierra,
caliente y agreste de Guerrero.
De Arcelia, cuna de "los pintos",
a Iguala, por la carretera,
cuando el sol cae por la mollera,
quedé dormido, manejando.
Sólo con hipnosis, podría,
recordar qué fue lo que pasó.
De pronto, vine de otra parte,
el coche, como remolino.
Girando en la cinta asfáltica,
muy sorprendido, piso el freno,
media llanta tracera, roza,
fúnebre orilla de cuneta.
Bajo del carro y veo situación,
ni un vehículo, en ambos sentidos,
pasó por allí, esos momentos.
Prendo el motor y lentamente,
me subo a la cinta asfáltica.
A paso lento, seguí el viaje,
a México, por Cuernavaca.
¿Quién me cuido? Sólo se, así fue.
Al tiempo, más lo reconozco.
Cada día, que me cuento, ésta,
de muchas otras experiencias,
no cabe duda, me proteges,
Ser infinito, que te siento.
Gracias, por dejarme caminar,
tanto tiempo, después de renacer,
ciego a los milagros que olvido,
así ocurriendo, todos los días.
Como conocerte, y me llamas,
cuando vacío, mi corazón,
necesita de alguien como tu,
una razón, para vivir más.
EL POETA DEL AMOR. 02-05-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.