Amo las faltas de ortografía de tu voz.
Y el aliento de los puntos y las comas
que salen de tu boca.
Amo el juego de tu lengua con palabras
que dices y no.
Pasión desbordada del sonido de tus letras.
Signos de admiración entre tus ojos.
Y el paréntesis de tus labios.
Los acentos que se escuchan en mi oído
al rozar de tus sílabas inquietas.
Y el temblor de tu pulso al tocar mi piel.
Amo cada poro y cada vello,
cada parte de tu ser que anuncia tu presencia.
El placer de una plática en persona.
Nada qué ver con las frías letras que se
congelan en el largo viaje de tus dedos
a mis ojos, tan solo, tan impersonal.
Tan vacío y sin sentido a veces.