Se abrió un camino
floreció la esperanza;
los miedos se volvieron humo,
con el viento se fueron.
Me mire hacia dentro
con tus ojos y los míos,
me encontré asustada
retraída entristecida
y tú de una mano
yo de la otra levantamos
a esa niña triste
que se refugiaba en sus recuerdos.
Y empezamos la cacería de fantasmas,
los ahuyentamos,
los burlamos,
me defendí de ellos
A capa y espada
(Tu capa y tu espada).
Y me recordé valiente
y me levante decidida
a recomponerme,
a recuperar la autoestima
a aprender a vivir y sobrellevar
y vencer mis temores;
a liberarme de mis cargas;
a desalojar el dolor;
a guardar el amor
para que no duela
para que no fecundice penas.
Soy otra vez yo misma.
¡Renovada!