Hay personas que dicen ser buenas
pero en realidad no lo son
las cosas que hacen a las almas serenas
son para ellas ajenas
y no están en su corazón.
Hay otras que dicen ser malas
y lo demuestran con sus actos
y son como águilas que con sus alas
nos dejan estupefactos.
Pero no importa lo que digan
lo que importa es lo que son
pues las causas que los obligan
viven en su interior.
Y cada persona puede elegir
entre el ser y el no ser
para poder vivir
como buen hombre o buena mujer.
Entre el malo y el bueno
hay un abismo,
la maldad es como un veneno
que vive en ti mismo.