Tus miradas son besos
para mi corazón
y tu sonrisa son
caricias para mi alma.
No hay placer mas celestial,
ni dicha mas seductora
que sentir en nuestras almas un beso
de quien se adora.
Cuando salga el sol
y te de en la cara,
recuerda vida mía
que son las caricias
que te mando.
Ser tu amigo es un sueño,
pero cuando despierte quisiera se tu dueño.
Jerónimo