Viste tu rostro de sonrisas
y llena tu alma de anhelos,
que el amor se precipita
como nubes en aguacero.
Báñame con tu mirar exquisito
derriba todas mis ansias
como mango madurito
cuando cae de la mata.
Dame tu mano tibia
enrédala entre mis dedos
que los dolores se alivian
con los amores sinceros.
Viste tu alma de fiesta
y tu piel con arreboles;
bésame como se besa
sin traumas y sin temores.
Ponme la piel de gallina,
incéndiame todo por dentro,
lléname el verso de rimas
para escribir más contento.
Dame tu mirar apasionante
has que mi verso tienda a infinito…
Que si eres mi rima consonante
el verso me saldrá bonito.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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