Vivimos para amar, para complementarnos y ser uno con el otro, nos contaron historias de amor que tenían desafíos, ogros, dragones, príncipes, princesas, nos contaron que el amor suele ganar y que se puede alcanzar un final feliz a pesar de eso que erase una vez….
La soledad es asfixiante cuando no sabes estar solo y de pronto llega ese ángel que te recuerda que el amor existe, que es real, que se toca, que se siente, que se respira, es aire… Es vida… Te hace creer que puedes volar, después de todo es el objetivo, volar…
Y saltas de su mano… Y se detiene el tiempo… Puedes volar…
Te cuento el principio de la más bella historia surgida en pastos verdes, con flores que armonizan esa sensación de ser invencible… Rompes la línea del tiempo, te conviertes en la más feliz criatura, lograste estar, amar, viviste tu principio sin caer en la realidad de su posible final, es ese segundo el que importa, no hay mas…
Pero si hay…
El recorrido en el jardín se torna amargo, las flores se marchitan, los ogros vencen, los dragones te devoran, tu historia de amor se vuele cuento de terror y vuelves al principio, caes en la realidad, te vez cayendo y te preguntas por qué diablos te atreviste a saltar, al ver tu mano lo entiendes…
Saltaste solo, ¿Qué crees? No puedes volar… y es tu final…
Tan simple como eso… Cortaron tus alas, te mintieron, los príncipes y las princesas no suelen ganar, solo vencen en ese pequeño tramo de fantasía… ¿Qué si volvería a saltar? Lo haría, lo haré, hasta que logre volar…
Y aparecerá otro ángel… Saltare… Y podre volar… Lo sé, me costara muchas alas pero seguiré buscando aunque deba congelar el tiempo, aun que deba caer, saltare porque siempre vale la pena vivir un segundo de libertad, un segundo de un principio feliz aun que el final sea triste….
No se… Soy una soñadora... tal vez no siempre se pierda.