ULISES CAPELO

La carta porfía

Con qué palabras quieres que empiece

la carta

azul viajera,

unida al camino

del tiempo. Quieres que en ella

inscriba mis desolados sueños; o

anoto mis delirios de miedo.

 

Mas ahora me doy cuenta

que sin pensar ya anoté un sueño,

que pende noches de mi pecho

y se mueve con tu destello.

 

Aquel preciso y primero

que se tiende a lo largo de mi aliento;

acercarme a tus secretos de arcilla

que moldean mi inspiración divina.

 

Pero cómo..?, no lo entiendo,

si al mirarte yo me pierdo,

y mi reacción desespera al ido tiempo

que no quiere ya más ser mi compañero.

 

Después sólo me queda por consuelo

hacer a un lado mi amor atropellado por pensamientos,

violentos, furtivos y de colores intensos

que ansío que los hagas para mí verdaderos.

 

Que humedezcas mi vida con tu belleza,

que en ella plantes un botón de rosa fresca,

y cuando se abra ésta, emane aromas de seda

de los que pesan y no escapan de la cabeza.

 

Con el color de tus ojos claros

tejas tú sin fines de alegóricas rejas,

que por siempre aprisionen mi imagen

por tu mirada robada y presa.

 

Y en tu sonrisa desprendida de la alegría

acojas a mi felicidad y sus mil siluetas,

y que entones por ella románticas melodías

con las que yo atado a tus brazos me duerma.

 

De tu pecho esperar pacientemente

acertadas respuestas de sabiduría y nobleza,

a los inciertos pasos que pone la tristeza

en los destinos a recorrer por los que se quieren.

 

Mas ahora que mi mano palpita vida en sus venas,

se resiste a desempuñar el lápiz que raya fantasía,

quiere escribirte eternamente cosas nuevas,

una sobre otra, sin que pierdan el tono de amor y poesía.

 

Pero por temor a caer en agonía

cubierto de angustia, soledad y hastío,

tengo que cortar aquí esta carta porfía

y decirte, "espero por ti amor mío".