Hoy voy a contarte un cuento:
el de los cinco deditos.
Eran dedos huerfanitos,
que en el bosque se perdieron.
Y sus lágrimas formaron
un hermoso riachuelo,
donde la Luna del cielo
se recreaba al mirarlo.
Y sin saber lo que hacían
los deditos se mojaban
en el cristal de las aguas
y las lágrimas fluían.
Y un hada que los miraba,
se acercó muy despacito
y recogió los deditos
y los secó con su capa.
Y los acercó al espejo,
que formaba el riachuelo.
Y los deditos creyeron
que eran hermanos gemelos
los que en el agua veían
y se pusieron contentos,
viendo que eran un reflejo
de todo aquello que hacían.
Si precisas una mano
la encontrarás en tus sueños,
que siempre son el reflejo
de lo que tú andas buscando.
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