Sinfonía de buitres en mi almohada
Una ventana tuerta me mira las espaldas
Estoy echado aquí sintiendo las estacas
Que pesan sobre mí con muertes que no matan.
Los pasos del reloj golpean la esperanza
La muerte con sus huecos se acerca, ríe, danza
Las sombras en la puerta se estiran, tiemblan, hablan
Y el silencio se acomoda para crujir en las tablas.
Quiere la muerte mi voz, me quiere fumar el alma
Cada paso en el reloj su sombra pisa avanza
Tose callada en mi tos, enfría el pie de la cama
Y hace temblar el calor de los besos de mi amada.
Qué viento helará aquí que nadie entra en la casa
Los musgos se hacen pena, los músicos descansan:
¡Hablémonos amor, las sombras nos atacan
Se acercan, mira, avanzan con sus camisas blancas!