Hay un hilo muy delgado y frágil tal vez
entre lo que es fantasía y lo que es real...
entre lo que pensamos y sentimos, ya ves,
a veces dejamos que nos guíe el instinto
y algo en nuestra fantasía no parece distinto,
pero resulta que en la práctica no es igual.
Decimos amar pero “amar de mentira”,
es decir, palabras de amor en plan de juego,
cuando esa persona que amamos nos mira
o cuando escuchamos de pronto su voz,
en la realidad quizá queremos decir adiós
y en la fantasía no pasa de un hasta luego.
O tal vez queremos que un hasta pronto sea,
pero en la realidad tenemos que despedirnos,
puede que usted que lee ahora no me crea,
porque se mezclan la realidad y la fantasía,
pero aunque nos digamos mucho todavía
quedarán muchísimas palabras por decirnos.
Jugamos a que nos vamos pero nos quedamos,
en la realidad lloramos y en fantasía reímos,
jugamos al recuerdo aunque nos olvidamos,
jugamos a lo imperdonable pero hay perdón,
en la fantasía le decimos mucho al corazón
y en la realidad podemos negar lo que dijimos.
En la fantasía soñamos que amamos y nos aman,
en la realidad tal sueño puede hasta ser prohibido,
en una nuestros pecados sabemos cómo se llaman
y en la otra hasta anónimos preferimos que sean,
fantasía es verdad que deseamos que nos crean
y realidad es recuerdo que disfrazamos de olvido.
Usamos la fantasía para amar a escondidas,
porque la realidad no permite que lo gritemos,
con la fantasía llegamos a vivir muchas vidas
y en cada una con el alma nos entregamos,
en la fantasía podemos decir qué ignoramos,
en la realidad también... pero lo sabemos.
La fantasía es para amar y que no se note
en la realidad cuánto se está amando...
La realidad es como potro que va al trote
pues en su marcha es prohibido otro paso,
en cambio en la fantasía es diferente el caso,
es el mismo potro pero a todo tren galopando.
Así somos entre la realidad y las fantasías,
en sueños compañía, en lo real la soledad
y así vamos pasando uno tras otro los días,
diciendo te amo, deseo de un amor ciego
y fantaseamos para decir que todo es juego
y que nunca se sepa que amamos de verdad.