Un nuevo día, gris, con perspectiva de lluvia.
Un nuevo día, que debo encarar
en una forma distinta al de ayer.
El ayer, pasó, fue, no vuelve más...
Hoy debo vivir el presente,
sin recordar el pasado...
Ayer ya es pasado.
Hoy no debo tenerlo presente.
Debo hoy proponerme tener un cambio en mi vida.
Los sentimientos que ayer tenía,
no han de fugarse de mi alma.
Los conservaré, porque he comprendido
en esta madrugada, muchas cosas que ignoraba,
o tal vez me resistía a creerlas.
Ayer pensé que tu amor compensaba al mío.
Pero estaba engañado. Me engañé a mí mismo.
Cuando el alma tiene sentimientos auténticos,
y en la noche, al ir a descansar, sin poder dormir,
mi mente piensa... mi mente razona.
Mi alma llora en soledad,
pero el destino es sabio...
y me hace aceptar la verdad...
la aceptación de lo imposible.
Cuando amo creo que todo debe ser
como mi alma siente.
Pero la realidad, siempre debe forjarse
entre dos. Dos menos uno, uno.
Contigo éramos dos... pero me hiciste comprender
lo que tenía la ilusión que fuese una realidad.
Una ilusión... desvanecida, y aceptada.
Comprendí optimistamente, que lo que
yo sentía, estaba unido a lo que tú sentías.
Pero me equivoqué. Y se reconocer mis equivocaciones.
A veces idealizo situaciones, a veces
mis sueños se elevan muy pero muy alto,
y tú, como siempre, me haces entender la realidad
de lo irreal. Y yo escucho tus palabras,
y acepto lo que me dices, porque mi alma necesita paz.
Y al comprender lo que tú piensas y me transmites,
la logro. La paz se enquista en mi alma.
Mi alma es muy sensible.
Todo yo me considero un hombre sensible,
y soy comprensible ante la realidad y lo imposible
Ya no quiero más un alma trágica.
La tragedia es sólo para representarla.
Pero en mis cotidianos días, en mi vida,
no puedo imponer una realidad de mi alma,
si no es compartida con la tuya, tu alma.
No creas que hoy tengo tristezas.
Ya demasiadas he tenido.
Pero sabiendo que no te he perdido,
todo lo acepto. Con total resignación.
Tú vives y también yo. Cada uno con su vida,
pero distantes... y amigos, como antes...
de amarte como te amé.
Tú estás comprometida con "Tu" vida...
y yo entiendo que no debo interferir
en tu felicidad... mi felicidad, ya no es la misma.
Pero al saber que aún sigues con vida,
le das vida a mi soledad...
Así es mi sentir, así es mi responsabilidad,
ante lo posible y lo imposible.
Vive tu vida, y sabiendo que eres feliz,
también yo lo soy... mi triste alma
se fortalece, se resigna, hago de cuenta
que me amas, sabiendo que así no es,
porque hay un Dios que me protege,
y tú una mujer que, aunque no me ame,
estarás siempre en mi alma.
Estarás lejos, distante, perteneces a otro,
pero al no perder tu amistad, soy feliz.
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 06/05/2013)