Y florecen los páramos del alma
con la lluvia nacida de su vientre,
la tristeza se esfuma con el canto,
se diluye en el sol y reverdece.
Centinela que cuida en el desierto
de la vida que sigue sus deberes,
con el sol a mitad de las montañas,
en el río del cual sus hijos beben.
El erial es la tierra de mis padres,
cachanilla la flor mexicalense,
cachanilla que crece en libertad
en la tierra que siempre fue silvestre.
Les legó a sus hijos esa herencia,
el talante y firmeza no se venden.
Sus mañanas vestidas con la gloria
de su sol que bendice y nos envuelve.
Paraíso el desierto de mi vida,
es mi tierra, mi orgullo, es mi gente.
Crystal CG.